aumento al desenvolvimiento de nuestras facultades y á los progresos del espíritu humano, y viene enfin á hacerse estable y legítima por el establecimiento de la propiedad y de las leyes. Se sigue, ademas, que la desigualdad moral autorizada por el derecho positivo solo, es contraria al derecho natural todas las veces que ella no concurre en la misma proporcion con la desigualdad física, distincion que determina suficientemente lo que se debe pensar, acerca de esto, de la clase de desigualdad que reina entre todos los pueblos civilizados, pues que es manifiestamente contraria á la ley natural, de cualquier manera que la diefinan, que un niño mande á un viejo, que un mentecato conduzca á un hombre sabio, y que un puñado de gentes abunden y estén repletas de superfluidades, mientras que á la multitud hambrienta le falta lo necesario.