Página:Doble error - novela (1919).pdf/68

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
64
 

teaufort distraídamente, y sus ojos buscaban sin querer a Darcy, que charlaba en el otro extremo del salón. Algunas veces él la miraba sin dejar de hablar con el joven de las estadísticas, y ella no podía soportar su mirada penetrante, aunque tranquila. Sentía que había adquirido un imperio extraordinario sobre ella, y no pensaba sustraerse a él.

Por fin pidió el coche, y ya sea intencionadamente, ya por preocupación, lo pidió mirando a Darcy con una mirada que quería decir: "Ha perdido usted una media hora que hubiéramos podido pasar juntos". Darcy continuaba hablando, pero parecía muy fatigado y aburrido del interrogatorio, que no llevaba camino de acabar. Julia se levantó lentamente, estrechó la mano de la señora Lambert y se dirigió hacia la puerta del salón, sorprendida y casi picada, de ver a Darcy continuar en el mismo sitio. Châteaufort estaba cerca de ella y le ofreció su brazo, que ella tomó sin escucharle y casi sin darse cuenta de su presencia.

Atravesó el vestíbulo, acompañada de la señora Lambert y de algunas personas que la acompañaIron hasta el coche. Darcy se había quedado en el salón. Cuando se hubo sentado en el coche, Châteaufort le preguntó sonriendo si no tendría miedo de verse sola de noche por los caminos, añadiendo que iba a seguirla de cerca en su tilbury en cuanto el comandante Perrin hubiese acabado su partida de billar. Julia, que se hallaba completamente ensimismada, se despertó al sonido de su