Página:Doble error - novela (1919).pdf/87

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
83
 

Ah!, señor Darcy, ¡nunca me ha conocido usted!

El tono de su voz decía claramente: Siempre le he amado y usted no ha querido darse cuenta.

La pobre mujer creía en este momento, con la mejor fe del mundo, que había siempre amado a Darcy, durante los seis años transcurridos, con tanto amor como sentía por él en este momento.

—¡Y usted!—exclamó Darcy animándose—, usted señora, ¿me ha conocido alguna vez? ¿Ha sabido usted cuáles eran mis sentimientos? ¡Ah!, si me hubiese usted conocido mejor, ahora seríamos sin duda felices uno y otro.

—¡Qué desdichada soy!—repitió Julia con llanto redoblado y apretándole la mano con fuerza.

—Pero aun cuando me hubiese usted comprendido, señora continuó Darcy con la expresión de melancolía irónica que le era habitual—, ¿de qué hubiese servido? Yo carecía de fortuna; la de usted era considerable. Su madre me hubiese rechazado con desdén. Estaba de antemano condenado. Usted misma, sí, usted, Julia, antes que:

una fatal experiencia, no le hubiese mostrado dónde está la verdadera dicha, se hubiese reído de mi presunción, y un coche reluciente, con una corona de conde en las portezuelas, hubiese sido entonces, sin duda, el medio más seguro de agradarle.

—Oh! ¡Dios mío, y también usted! ¿Nadie tendrá compasión de mí?

— Perdóneme, mi querida Julia!—exclamó muy