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MEMORIAS DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

fueron remitidos á la corte, Gil González Dávila. Juan de Añasco y Diego Maldonado lo repitieron en 1539, entrando en todas las caletas y ríos que vieron con peligro y trabajo, «porque había muchos ancones bajos que en la menguante quedaban en seco.» Maldonado llegó á un río en que halló buena entrada y mejor puerto, y habiendo examinado las bahías de San Bernardo y de Achusi [1] pasó á Cuba con orden de regresar dentro de seis meses al río del Espíritu Santo [2] . Guido de Lavazares, Tristan de Arellano y otros muchos navegantes españoles continuaron el examen de la costa, conservando al río el nombre del Espíritu Santo, y á Garay la gloria de su descubrimiento.

 En el interior es la más notable de las exploraciones, la de Hernando de Soto, que duró de 1539 á 1543. Subiendo por las orillas del río, llegaron los expedicionarios á la región montuosa, escribiendo en la relación [3]: «entre estas sierras hallamos el nacimiento del río Grande, por donde nosotros salimos, é creemos ser de Espíritu Santo.» En efecto, habiendo descendido la ribera del río en la mano y llegado á otro caudal que venía del Oeste, continuaron hasta unas 40 leguas del mar; tomaron entonces otra vez al Norte, construyendo piraguas grandes y anotando que por allí tenía el río casi una legua de ancho y 19 y 20 brazas de fondo; subieron por la provincia de Pacha, torcieron por un afluente de gran aguaje en dirección NO., pasando por sierras ásperas, con intento de ir á Nueva España; pero habiendo muerto Soto y pasado sus compañeros un invierno muy crudo, en que creyeron morir de frío, retrocedieron al SE. y llegando otra vez al río Grande, emplearon medio año en construir siete bergantines, con los cuales bajaron con el favor de la gran corriente 19 jornadas; atravesaron el ancón que forman las bocas, notando como el agua por largo espacio se conservaba dulce dentro del mar, y costeando el seno llegaron con felicidad á Pánuco.

 Observaron, pues, de extremo á extremo el curso del Misisípi, acordando á Soto el mérito de la empresa, como á Garay el de haber encontrado las bocas. Pedro Castañeda de Nájera lo advierte en la relación del viaje que hizo el año 1540, diciendo al tratar de Quivira, «en cuyo

  1. La de San Bernardo está en la costa de Tejas; Achusi ó Ichuse parece fué en la que desembarcó Pánfilo de Narvaez, conocida sucesivamente con los nombres de Filipina, Santa María de Galve y Panzacola.
  2. Relación de la jornada de Hernando de Soto, Colee. Muñoz, tomo 81, publicada en castellano por Buckingham Smith en su Colección de documentos de la Florida y La Florida del Inca.
  3. La misma relación.