otros mismos... ¡Á las armas! ¡Traicion, malvados! ¡Donalbáin, Banquo, Malcolm, alerta! ¡Lejos de vosotros ese sueño tan pesado como la muerte. Ved la muerte misma... Pronto... ¡Banquo, Malcolm! Dejad el lecho, venid, animados fantasmas, á contemplar esta escena de duelo.
¿Qué es eso? ¿Por qué despertais con tales gritos á la gente de la casa que aún duerme?
En vuestros oidos, hermosa dama, no deben sonar otra vez nuestros lamentos. No es tanto horror para oidos de mujer. (Entra Banquo.) ¡Banquo, Banquo! Nuestro Rey ha sido asesinado.
¡Dios mio, y en mi casa!
Aquí y en todas seria horrible. Dime que no es verdad. Dímelo por Dios.
¡Ojalá hubiera muerto yo pocas horas antes! Mi vida hubiera sido del todo feliz. Ya han muerto para mí la gloria y la esperanza. He agotado el vino de la existencia, y sólo me quedan las heces en el vaso.
¿Qué es esto?
¿Y tú me lo preguntas? Se ha secado la fuente de la vida. Tu padre ha sido muerto.