y puedas regocijarte en ello. Ven, ciega noche, venda tú los ojos al clemente dia. Rompa tu mano invisible y ensangrentada la atroz escritura que causa mis terrores... Va creciendo la oscuridad: retorna el cuervo á la espesura del bosque: las aves nocturnas descienden anhelosas de presa... ¡Te horrorizan mis palabras! ¿Y por qué? Sólo el crímen puede consumar lo que ha empezado el crímen. Ven conmigo.
Bosque á la entrada del palacio.
ASESINOS, BANQUO y su hijo FLEANCIO.¿Quién te ha enviado?
Macheth.
No debemos dudar de él, puesto que sabe nuestro fin y propósito.
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Ya muere el sol en occidente, y el pasajero aguija su caballo para llegar á la posada. Ya está cerca el que esperamos.
Suenan las herraduras de sus caballos.
(Dentro.) ¡Luz!
¡Ahí está! Le aguardan en la llanura.