Por aquí se oye ruido. ¡Ven, tirano! Si mueres al filo de otra espada que la mia, no me darán tregua ni reposo las sombras de mi mujer y de mis hijos. Yo no peleo contra viles mercenarios, que alquilan su brazo al mejor postor. O mataré á Macbeth, ó no teñirá la sangre el filo de mi espada. Por allí debe estar. Aquellos clamores indican su presencia. ¡Fortuna! déjame encontrarle.
![](http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/70/Dramas_de_Guillermo_Shakespeare_pg_219.jpg/220px-Dramas_de_Guillermo_Shakespeare_pg_219.jpg)
(A Malcolm.) El castillo se ha rendido, señor. Las gentes del tirano se dispersan. Vuestros caballeros lidian como leones. La victoria es nuestra. Se declaran en nuestro favor hasta los mismos enemigos. Subamos á la fortaleza.
¿Por qué he de morir neciamente como el romano, arrojándome sobre mi espada? Mientras me quede un soplo de vida, no dejaré de amontonar cadáveres.