que puedas ir á la quinta de tu amada. Vé, infórmate de dónde hay dinero. Yo haré lo mismo y sin tardar. Malo será que por amistad ó por fianza no logremos algo.
Belmonte.—Gabinete en la quinta de Pórcia.
PÓRCIA y NERISSA.
Por cierto, amiga Nerissa, que mi pequeño cuerpo está ya bien harto de este inmenso mundo.
Eso fuera, señora, si tus desgracias fueran tantas y tan prolijas como tus dichas. No obstante, tanto se padece por exceso de goces como por defecto. No es poca dicha atinar con el justo medio. Lo superfluo cria muy pronto canas. Por el contrario la moderacion es fuente de larga vida.
Sanos consejos, y muy bien expresados.
Mejores fueran, si álguien los siguiese.
Si fuera tan fácil hacer lo que se debe, como conocerlo, las ermitas serian catedrales, y palacios las cabañas. El mejor predicador es el que, no contento con decantar la virtud, la practica. Mejor podria yo enseñársela á veinte personas, que ser yo una de las veinte y ponerla en ejecución. Bien inventa el cerebro leyes para refrenar la sangre, pero el calor de la ju-