Esta página ha sido validada
ACTO III.
ESCENA PRIMERA.
Plaza de Verona.
MERCUTIO, BENVOLIO.BENVOLIO.
Migo Mercutio, pienso que debíamos refrenarnos, porque hace mucho calor, y los Capuletos andan encalabrinados, y ya sabes que en verano hierve mucho la sangre.
MERCUTIO.
Tú eres uno de esos hombres que cuando entran en una taberna, ponen la espada sobre la mesa, como diciendo: «ojalá que no te necesite,» y luego, á los dos tragos, la sacan, sin que nadie les provoque.
BENVOLIO.
¿Dices que yo soy de esos?
MERCUTIO.
Y de los más temibles espadachines de Italia, tan fácil de entrar en cólera como de provocar á los demas.