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OTELO.
GRACIANO.
Él ha huido dejándola muerta.
MONTANO.
¡Infame asesino! Toma tú esta espada que he quitado de manos del moro. Guardad la puerta: no le dejeis salir, aunque sea preciso matarle. Yo iré detras de ese malvado, el más abominable de cuantos existen en el mundo. (Vanse Montano y Graciano.)
OTELO.
Hasta el valor he perdido: un niño podria desarmarme. Pero ¿qué importa? ¡Vaya con la virtud la honra! ¡Húndase todo!
EMILIA.
Quiero acordarme de las palabras de tu canto,