Infante de Aragon ha hecho su juramento y viene á la prueba.
(Salen el Infante de Aragon, Pórcia y acompañamiento. Tocan cajas y clarines.)
Egregio Infante: ahí tenéis las cajas: si dais con la que contiene mi retrato, vuestra será mi mano. Pero si la fortuna os fuere adversa, tendréis que alejaros sin más tardanza.
El juramento me obliga á tres cosas: primero, á no decir nunca cuál de las tres cajas fué la que elegí. Segundo, si no acierto en la eleccion, me comprometo á no pedir jamas la mano de una doncella. Tercero, á alejarme de vuestra presencia, si la suerte me fuere contraria.
Esas son las tres condiciones que tiene que cumplir todo el que viene á esta dudosa aventura, y á pretender mi mano indigna de tanta honra.
Yo cumpliré las tres. Fortuna, dame tu favor, ilumíname. Aquí tenemos plata, oro y plomo. «Quien me elija, tendrá que darlo todo y aventurarlo todo.» Para que yo dé ni aventure nada, menester será que el plomo se haga antes más hermoso. ¿Y qué dice la caja de oro? « Quien me elija, alcanzará lo que muchos desean.» Estos serán la turba de necios que se fia de apariencias, y no penetra hasta el fondo de las cosas: á la manera del pájaro audaz que pone su nido en el alero del tejado, expuesto á la intemperie y á todo género de peligros. No es mio pensar como piensa el vulgo. No elegiré lo que muchos desean. No seré como