rido. Yo sólo puedo pensar en cumplir un voto que hice secretamente, de estar en oración, sin más compañía que la de Nerissa, hasta que su amante y el mio vuelvan. A dos leguas de aquí hay un convento, donde podremos encerrarnos. No rehuseis el encargo y el peso que hoy me obligan á echar sobre vuestros hombros mi confianza y la situación en que me encuentro.
Lo acepto con toda voluntad, señora, y cumpliré todo lo que me ordeneis.
Ya saben mi intencion los criados. Vos y Jéssica sereis para ellos como Basanio y yo. Quedad con Dios. Hasta la vuelta.
¡Ojalá logreis todas las dichas que mi alma os desea!
Mucho os agradezco la buena voluntad, y os deseo igual fortuna. Adios, Jéssica. (Vanse Jéssica y Lorenzo). Oye, Baltasar. Siempre te he encontrado fiel. Tambien lo has de ser hoy. Lleva esta carta á Pádua, con toda la rapidez que cabe en lo humano, y dásela en propia mano á mi amigo el Dr. Belario. Él te entregará dos trajes y algunos papeles: llévalos á la barca que hace la travesía entre Venecia y la costa cercana. No te detengas en palabras. Corre. Estaré en Venecia antes que tú.
Corro á obedecerte, señora.
Oye, Nerissa: tengo un plan, que todavía no te he comunicado. Vamos á sorprender á tu esposo y al mio.