Pero, señora, ¿tenemos qué disfrazarnos de hombres?
¿Y lo preguntas? Ven, ya nos espera el coche á la puerta del jardin. Allí te lo explicaré todo. Anda deprisa, que tenemos que correr seis leguas.
Jardin de Pórcia en Belmonte.
LANZAROTE y JÉSSICA.Si, porque habeis de saber que Dios castiga en los hijos las culpas de los padres: por eso os tengo lástima. Siempre os dije la verdad, y no he de callarla ahora. Tened paciencia, porque á la verdad, creo que os vais á condenar. Sólo os queda una esperanza, y esa á medias.
¿Y qué esperanza es esa?
La de que quizas no sea tu padre el judío.
Esa sí que seria una esperanza bastarda. En tal caso pagaria yo los pecados de mi madre.
Dices bien: témome que pagues los de tu padre y los de tu madre. Por eso huyendo de la Scyla de tu pa-