Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/232

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
214
COMEDIA DE EQUIVOCACIONES.

tu mano que el de la mía; ningún manjar delicioso que te agradase sino los que yo te servía. Cómo sucede hoy, esposo mío, ¡oh! cómo sucede que te hayas alejado tanto de ti mismo? Sí; digo alejado de ti mismo, porque lo estás de mí; que, siendo incorporada á ti, inseparable de ti, soy más que la mejor y más amada parte de ti mismo. ¡Ah! no te arranques de mi lado; pues créeme, mi bien amado, que te sería tan fácil dejar caer una gota de agua en el Océano y recogerla en seguida sin mezcla, sin adición, ni disminución alguna, como separarte de mí sin arrastrarme contigo también. ¡Oh! ¿cómo heriría tu corazón en lo más vivo, si oyeras solamente decir que soy infiel, y que este cuerpo, consagrado á ti, es manchado por una grosera voluptuosidad? ¿No me escupirías el rostro? ¿No me arrojarías? ¿No me echarías en cara el nombre de marido? ¿No desgarrarías la piel teñida de mi frente de cortesana? ¿No arrancarías el anillo nupcial de mi mano pérfida? ¿Y no le destrozarías con el juramento del divorcio? Sé que no lo puedes: ¡y bien! hazlo desde este momento..... Estoy cubierta con una mancha adúltera; mi sangre está manchada con el crimen de la prostitución; pues si los dos no formamos sino una sola carne y tú eres infiel, recibo el veneno mezclado en tus venas y quedo prostituída por tu contagio.—Sé, pues, constante y fiel á tu lecho legítimo. Entonces viviremos yo sin mancha y tú sin deshonor.

Antífolo.—¿Es á mí á quien persuadís, bella dama? No os conozco. No ha sino dos horas que estoy en Éfeso, tan extranjero á vuestra ciudad como á vuestros discursos: y aunque tengo que emplear toda mi atención para estudiar cada una de vuestras palabras, no puedo comprender una sola de lo que decís.

Luciana.—¡Vaya, hermano, cómo ha cambiado el mundo para vos! ¿Cuándo habéis tratado así á mi