Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/328

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
306
LAS ALEGRES COMADRES

y seda, y con mensajes en tan elegantes términos y tan almibarados con la más fina y mejor azúcar, que no habría habido corazón de mujer capaz de resistir. Pues á pesar de todo, os garantizo que no consiguieron ni una guiñada. Yo misma recibí esta mañana un obsequio, veinte ángeles; pero desafío á todos los ángeles á que consigan nada por otro camino que la honradez. Ni el más encopetado de todos logró alcanzar de ella, vamos, lo que es un sorbo de una taza; y eso que había condes, y lo que es aún más, pensionistas! Pero os aseguro que con ella todo sale á lo mismo.

Falstaff.—Pero ¿qué dice de mí? Sed lacónica, mi señora Mercurio.

Aprisa.—Por cierto que recibió vuestra carta, por la cual os da mil veces las gracias, y desea que tengáis aviso de que su esposo estará fuera de casa entre las diez y las once.