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¡TELLA
usted que Alejandra quiere decir dulzura, y que hacer manteca es la principal ocupación de su Majestad.
—Si, porque me olvidé contarle, replicó la joven riendo con su risa tan infantil, que 4 pesar de esa dulzura, mi real tocaya, cuando Ímuy joven, herida por los desastres de la guerra con Dinamarca, en su padre y en su pueblo, dijo 4 su cuñada la princesa Beatriz, muy chica aún, á quien Guillermo 1, de visita en la corte de la reina Victoria, preguntaba qué quería que le regalara: «¡Pídele la cabeza de Bismarckh
— ¡Ab! ¿con que Alejandra quiere decir también ferocidad? Dígame, con nuestra fran- queza de viejos amigos, ¿sería usted capaz de pedir también alguna?
—¡Quién sabe..... tal vez. ... según....!
—La de Montero y Espinosa, por ejemplo, que está tan dedicado á Isabel—continuó maliciosamente Máximo—al percibir los ojos del joven que no podían apartarse de Alex.
Desde que llegaran, aquél hablaba com gran verbosidad con su compañera sin perder de vista á la mujer que lo iba absorbiendo. Isabel, que parecía interesadísima en su con- versación, seguía disimuladamente su mira- da, que se deslizaba hasta la mesa del frente, se detenía, y con esfuerzo se volvía á ella.
—Seriamente, ¿qué le parecen nuestros veci- nos, Alex? Mi sobrina encuentra que Manue- lito es de una calidad superior para marido.