Página:ECH 1826 1 - Alessandri Palma, Arturo, Primera Presidencia.djvu/3

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Reproduciremos algunos párrafos de dicho discurso cuya versión taquigráfica se publicó, íntegramente, en la prensa de la época:

"...No puedo leeros un programa, porque no he tenido tiempo para redactarlo, ni mucho menos para meditarlo, pues, lo declaro con sinceridad, esta honrosa designación me ha tomado de sorpresa. No creí jamás que ésta solemne e imponente asamblea me iba a discernir, con tanta rapidez, tan grande honor..." (Los detalles de la gestación y desarrollo de la Asamblea se citan en el artículo: "Alessandri Palma, Arturo, Campaña Presidencial" (v).

"...Vivimos desde hace años en medio de la anarquía y del desgobierno. Toda clase de angustias y de dificultades obstaculizan la marcha próspera de las actividades de ésta patria, tan cara a todos nosotros. El país desea, exige, un Gobierno sólido y fuerte, con rumbos definidos, orientados sobre la base de una política netamente nacional. Sólo aquellas combinaciones de partidos que tienen por bandera una enseña de vastos ideales de bien público, son capaces de satisfacer la noble y generosa aspiración que siente y exige el país en los momentos actuales. Las combinaciones personales o de círculo, los que no tienen bandera ni principios, aquellas que no reconocen ideales, sirven sólo para fomentar el desgobierno que el país abomina y detesta como enemigo del orden y generador de la anarquía..."

"...Todos los pueblos han luchado por sus libertades, y ante todo por la libertad de conciencia... Sancionemos de una vez, en la Ley, lo que ya felizmente ha sido consagrado en el hecho, estableciendo en forma definitiva la constitución civil de la familia chilena y propendamos con todas nuestras energías a alejar de las luchas candentes de la política las banderas o credos religiosos, cualesquiera que ellos sean, evitando que se mezclen, en el terreno temporal, cuestiones de orden meramente espiritual que son del fuero interno y cuyo violento choque no cuadra ya con las exigencias marcadas por las necesidades nacionales del momento histórico en que vivimos..."

"...El centralismo exagerado de la Constitución de 1833 no es ya posible ni conveniente, es simplemente absurdo. Nuestra Carta Fun-