vista del Partido Conservador. Así, en la discusión de la ley sobre Matrimonio Civil, don Julio Zegers propuso que se considerara válido el matrimonio religioso, junto con el civil, debiendo únicamente inscribirse aquel en el Registro Civil. Proposiciones semejantes hizo también don José Nicolás Hurtado; pero ninguna de ellas encontró acogida en el Congreso. Igualmente, el diputado don Juán Agustín Barríaga, que después ingresaría al Partido Conservador, objetó abiertamente la ley sobre Matrimonio Civil.
Dada la mayoría abrumadora del Congreso Nacional, los propósitos del Gobierno fueron satisfechos. Pudieron, así, dictarse las leyes sobre Matrimonio Civil, Registro Civil y Cementerios laicos. No fué posible establecer la separación de la Iglesia y del Estado porque en el Congreso no se produjo acuerdo sobre la situación en que quedaría la Iglesia, al quedar independizada del Estado.
Hemos dicho que en las elecciones parlamentarias de 1882, el Partido Conservador se abstuvo de participar; y que sólo en Santiago se presentó la candidatura de don Carlos Walquer Martínez, quien aceptó, según dijo, "para demostrar al país hasta donde llegarían los abusos de una intervención oficial".
Para las elecciones parlamentarlas de 1888 el Partido Conservador cambió de táctica y se aprestó para participar en ellas decididamente, no obstante la ninguna simpatía con que el Gobierno lo miraba. La campaña se desarrolló en medio de gran agitación y el Partido Conservador acusó al Gobierno de estar ejerciendo una abierta intervención, imputándole sobre el particular hechas de la más extrema gravedad. Hubo hechos de violencia e incidentes sangrientos. En las proclamaciones conservadoras de Buin y de Coquimbo cayeron algunos heridos; y en la Cañadilla quedaron más de cíen heridos y nueve muertos.
En definitiva, el Partido Conservador sólo logró elegir cinco miembros para el Congreso Nacional en aquellas elecciones. Don Alberto Edwards, refiriéndose a este hecho, ha dicho: "Si en 1885 fueron elegidos cinco miembros de ese Partido fué por la tolerancia del Gobierno y no porque los abusos hubieran sido menores".
Llegamos así a las elecciones presidenciales de 1886. El Partido Conservador había celebrado Convención en 1885. Era su segunda Convención y fué presidida por don Rafael Larraín Moxó, como