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PARTIDO LIBERAL DEMOCRATICO (BALMACEDISTA)

El Presidente de la República don José Manuel Balmaceda Fernández tuvo durante todo su Gobierno un sector del Partido Liberal que lo apoyó inalterablemente, que contribuyó en todo momento a la formación de Ministerios y que lo defendió hasta las últimas consecuencia.

Caído Balmaceda Fernández, este grupo, llamado "Liberal de Gobierno", cayó también con él y sus integrantes fueron perseguidos en forma implacable; apresados o desterrados; separados de sus empleos; o saqueados en sus casas. Las figuras más destacadas se vieron obligadas a permanecer ocultas o a huir del país; y aun se eliminó del Senado a senadores en ejercicio, como los señores Adolfo Valderrama, Rafael Casanova, Miguel Castillo y Claudio Vicuña.

Durante algún tiempo, los partidarios de Balmaceda permanecieron anonadados ante la persecución; pero poco a poco se fué produciendo la reacción y reapareció en ellos el espíritu de lucha y el propósito de reivindicar la memoria del ex Presidente. La acción empezó publicándose diversos periódicos, balmacedistas. El primero apareció en Talca y se llamó "El Progreso". Después se fundaron en Santiago "La República" y "La Democracia"; y luego otros en diversos lugares del país.

La idea de agrupar a los balmacedistas en una organización o Partido Político la inició don Manuel Arístides Zañartu, en 1892. Zañartu había sido uno de los más leales amigos del Presidente Balmaceda; y Ministro de Hacienda suyo hasta el último día de su gobierno. Después del triunfo de la Revolución su casa había sida saqueada, sus bienes secuestrados y él misma perseguido y procesado.

En Junio de 1892, Zañartu reunió en la imprenta de "La República", diario que él fundara, a un numeroso grupo de balmacedistas. Alli estaban los antiguos amigos del Presidente, los funcionarios destituidos, oficiales del ejército constitucional, ex parlamentarios, etc. Dijo Zañartu, dirigiéndose a los asistentes, que la Revolución no había sido suficiente para destruir los principios democráticos que había encarnado Balmaceda y que, por la tanto, el Partido Liberal debía surgir de nuevo, unido y engrandecido.