la bruja hace sus conjuros.
Otro procedimiento consiste en echar a hervir en una caldera llena de agua, un sapo, una lagartija y un murciélago, a los que se agrega la prenda, pronunciándose finalmente los conjuros, acompañados por visajes extraños y movimientos convulsivos, y volcando la caldera de un puntapié.
La consecuencia de estas manipulaciones serían que la víctima siente un dolor de costado, que su estómago no tolera los alimentos, que los miembros motores se debilitan, etc., todo lo cual comienza moderadamente y se intensifica poco a poco, hasta lograr la muerte por consunción.
Se sostiene ser fácil reconocer si alguien es brujo: basta para ello colocar debajo de su asiento una tijera abierta en cruz: si lo es, no podrá alzarse mientras esté ahí la tijera.
El mejor amuleto es una cruz de plata llevada colgada sobre el pecho: al recibir una rociada, se ennegrecerá, pero impedirá su efecto. En cuanto al mal tirado, sus consecuencias se podrían eludir guardando en el bolsillo la colilla de un cigarro fu-