Página:ECH 2902 03 - Calcu, brujo araucano.djvu/9

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

el procedimiento no era tan sencillo. Lo afirmado por el agorero representaba en realidad en la asamblea araucana tanto como la acusación. El inculpado tenía el derecho de defenderse; se escuchaban testigos; se hacían verificaciones; había defensores; y sólo después de un procedimiento regular la asamblea pronunciaba su veredicto. No se condenaba, pues, sin mayores antecedentes a la "pobre víctima" indicada por el agorero.

La prueba la suministra el propio Treutler, pues expresa a continuación de lo ya citado lo siguiente:

"Los misioneros ya habían hecho todo lo posible para inducir a los caciques a suprimir esa costumbre bárbara y supersticiosa, pero sus intentos no habían tenido éxito debido a un incidente que relataré y que contribuyó a confirmar la superstición".

"Las exhortaciones de un misionero habían logrado antaño inducir al cacique de La Imperial a prometer que no permitiría más esas ejecuciones, y cuando se