C„ Lavin
El reciente e inesperado éxito del Congreso de Brujos, celebrado en Inglaterra (1951), pone de manifiesto una inclinación humana mas antigua que la historia. Enormemente atañen a la ciencia folklórica estas anifestaciones en las cuales las gentes sencillas esperan encontrar la máxima autoridad espiritual, un consuelo para todas sus cuitas y aflicciones y una panacea para todos sus males.
Las brujas; "ña Saturnina", "La Ranchona", "ña Prosperina" cuando ya alcanzan la plena posesión de su arte recurren al uso de la varita de virtud, de la vela de cera, del globo de cristal, del mate curado por un brujo reconocido y otros atributos cabalísticos. Las palabras mágicas que usan da preferencia en sus ensalmos y maleficios son "lagarto" y "culebra", repetidas insidiosamente para acompañar y espiritualizar sus sahumerios y alharaquentos pases u exorcismos.
Causales, diagnósticos y promesas se apoyan en una determinada actitud moral del paciente o de la persona sindicada; la cual o bien "está maldita", o "está embrujada", o "tiene el diablo adentro", o "ha hecho pacto con Satanás". Los hechos mismos y las circunstancias pueden ser favorables o "de mala seña"; y entre los animales fatídicos se clasifican la rana, el sapo, la serpiente, el mfatídicasurciélago, la lechuza, etc.; a todos los cuales se les atribuyen poderes magnéticos. Entre las aves fatídicas, y cuyo canto agorero es mas temido, está el "chuncho", nocturno pájaro chileno similar al mochuelo y, no son pocos los bichos y sabandijas que preocupan las mentes simples y remueven la ingenuidad de los campesinos. De esta misma calaña son las míticas creaciones de la "calchona", los "culebrones", los "chonchones" (araucanos) y otras fatídicas aves o monstruos que persiguen a los caminantes o "rumbeadores"; o bien exorcizan con su "resuello" a los inocentes. La crónica menuda de la hechicería se refiere a las inciertas consecuencias que puede traer un "mal impuesto" o bien un "mal de ojo" y a los arcanos medios de estirparlos y combatirlos. En el ceremonial criollo se nota la influencia de los "machis" araucanos, raza aborigen especialmente dotada para la brujería y de esa estirpe también se han heredado gran parte de la farmacopea casera y muchas recetas de mixturas y de filtros mágicos.
Una otra faz bien favorecida de estas aficiones da los aldeanos es la rebusca de los "entierros". En los huertos o en el zaguan de las casonas abundan las señas de excavaciones practicadas en los sitios en que "ha sonado a hueco".