ramo de la textura, o sea la obra de mano propiamente criolla, está representado más bien por las "chamanteras" que por las tejedoras de alfombras (tapetes y tapices para pisos) y las bordadoras de artículos menudos. Según lo índica el cuadro industrial de la Colonia, ya citado, la primera de esas promociones (chamantesas) debe situarse en el Aconcagua, en el Mapocho, en el Cachapoal y el Ñuble; la segunda en este mismo río y toda la Frontera y la última en Cauquenes, Linares, Chillán y el archipiélago chilote.
Refiriéndose al uso de aquella prenda que en toda América se llama "poncho" o "sarape" o "ruana" sería imposible dilucidar el origen, o más bien dicho verter una explicación de la monomanía con que el guaso dió preferencia al "chamanto" sobre la manta. Las célebres artífices de Doñihue parecen haber concentrado todo su primer y habílidad