como en Chiloé los "milicianos" escoltabais a los reos los presidios, dando nombre a una ibérica casta social de Ancud. En Santiago, Valparaíso, Copiapó y Concepción irrumpieron, a su vez, las milicias y después la policía de seguridad instituida en los comienzos de la República, para perpetuarse en los guardias y agentes de la casta de los "vigilantes".
Hubo una era dorada de los arrieros, caracterizados amos y señores de las comunicaciones, atribuyéndose las franquicias y granjerías de los correos y los pregoneros. Cruzaban todo el territorio por campos y poblados asistidos por sus "arrenquines" (niños de servicio). Entre otros tipos característicos habría que citar como representativos de aquellos tiempos a loa "guanayes" (quechua) que en los puertos ejercían de remeros, bogadores, lancheros y jornaleros, así como en el otro sexo empezaban