Página:ECH 3009 3 - Equitación criolla.djvu/10

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se han preferido siempre los estribos de Peñaflor, Malloco, Gultro y Chillán, todos ellos de un "acabado" primoroso tanto en el arco o llanta de fierro, como en el ojo, piso, corona y baranda de material blando. No se desdeñan los férreos estribos de jinete con la forma de un triángulo isósceles truncado y cubierto por capachos protectores en cuero.

No menos categórica distinción - adjunta a la talabartería - adquieren las espuelas, pero sin que éstas ni los estribos lleven esculpidos los nombres e los artífices como se hace en la Argentina. El gran modelo guaso se forja en acero (rieles de ferrocarril) y ostenta minúscula guarnición de cuero. Más que en el arco luce en el pihuelo taraceados, embutidos y damasquinados de plata u oro, contrastando en su opaca palidez con el brillo azulejo de la múltiple y voluminosa -pero fina- rodaja del tipo "nazarena" o "llorona", bien templada para contribuir al vibrante y musical paso del jinete que las calza. Evitando el roce con el suelo se le adjunta a una "talonera" adherida al alto "taco" (tacón). Esta pieza trascendental del arreo guaso se ve reemplazada a veces por los tradicionales ejemplares "pico de gorrión", "espolique", "acicate", "estrella y botón", etc. Los modelos de la nazarena típica de Chile se forjan en Chillán, Curicó, Malloco, etc.

Como precisa y exclusiva labor manual pueden figurar también los frenos de diseño casi uniformes. Son las creaciones de los artesanos de Peñaflor, Curicó, Malloco y Chillán las más buscadas. En los ejemplares de lujo se alterna asimismo el hierro forjado con la plata.

Considerando el lazo como el más fiel exponente americano de los ejercicios ecuestres en relación con el