Página:ECH 3009 3 - Equitación criolla.djvu/7

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Encima queda la "batalla" o parte de la silla donde descansa el cuerpo del jinete. Hacia adelante sobresale la "perilla" cubierta por la bolsa y la tapafunda. Hacia la parte trasera queda la "frontera" como apéndice de la copa, a la cual se adjunta la "correa del maletín" y la "bolsa de la herradura". Todo el resto coincide con los tipos americanos.

En Chile mismo y hasta el valle de Elqui, o sea a lo largo del desierto norteño, en sus oasis y contornos montañosos, y tanto para las mulas como para los borricos y los corceles, se hace uso de la voluminosa "carona" de los aymaraes. En Coquimbo y Aconcagua subsiste la colonial "enjalma" y abundan los pellones. A través de la Frontera domina la "enjalma" araucana y una mayor variedad se observa tanto en les islas como en las montañosas o desérticas inmensidades de Magallanes. En cambio, en todo el centro del país dominan dos tipos casi idénticos (con contornos rectangulares) de la genuina silla campesina, a los cuales hay que oponer la tradicional "montura redonda", fácil de identificar por sus faldones y todo su corte en líneas curvas. Presenta una "cabecilla" (arzón delantero) casi ten elevada como la "copa" (arzón trasero) acogiéndose en todo al antiguo corte medieval. Con menor difusión se insinúan también la "montura malvinera" que en la Argentina llaman "cangalla", la "montura de pellejo", la pequeña silla simple y sin pellones, casi tan liviana como la de los jockeys de carrera, imitada también en los Andes, y aún el tipo curioso de la silla vaquera de los mejicanos.

Antes de referirse a la simplicidad de las monturas de Chile, conviene detallar partes del arreo argentino, especialmente aquellas que pueden servir de cama. Bajo la