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la cabeza por un corte horizontal que tiene en el medio. Frecuentemente hace juego con el color de la silla, esto es combina y armoniza su color con ella. Debemos por último aludir a unos detalles importantes de su persona el rago definidor de su clase ecuestre, vaquero americano, hombre de garra y ataque, nos referimos al lazo ese instrumento certero y poderoso en sus manos que, que como un arma descargada cuelga enrollada pacíficamente del pegüal, tras de la silla, al lado derecho.

El lazo es de cuero para que posea la tiesura mecánica del caso y el peso liviano de vuelo. Se hace cortando el cuero crudo de un animal, en rojada concéntrica paralela, desde la periferia hasta el centro. Aún fresco se amarra a una pared o a un árbol, para poder torcerlo y después de dejarlo secar se le dá grasa frotándolo con un instrumento de madera llamado modaza, lo que hace más flexible y manejable, cualidades que por otra parte mayormente adquiere con el trabajo.

La realidad económica y social impone que haya huasos ricos y huasos pobres. El costo de todo los implementos y prendas de vestir, es alto y resulta más caro que el traje corriente de las ciudades. Sin embargo, el más pobre gañan acata esos usos y tiende a imitar las grandes tenidas dé a caballo. Aún los pobres hombres de servicio - porquerizos, ovejeros, mozos de dado - vestidos malamente de telas baratas, bajo su ropa raida por el uso, cuidan todavía algunos detalles de la indumentaria.

El huaso de hoy día, que nació de mezcla de razas y mezcla de corrientes históricas que chocaron o se atrajeron, pero que en definitiva terminaron volcándose una en otras. Sus costumbres han sido mezcladas, como su sangre, espíritu, rasgos físicos, vestimentas y destino. Nació y ha vivido con defectos y virtudes. No puede decirse que haya sido o sea el exponente total de la nacionalidad chilena, que tiene ademas de él, cosas peores y mejores. Pero, es indudable que ha llegado a ser el exponente de la vida campesina, que nadie encarna mejor que él. Tampoco es un misterio que el capo chileno y la faena agrícola giran hoy en torno del huaso, que ha sabido conservarlas con sabor histórico y con sencillez y pureza nativa.

Así es el huaso hombre de campo, jinete sobre todo formado por elementos de toda índole, abnegados que se juntan en él y trazan su estampa.



Bibliografía

Amunátegui Solar,