Esta página ha sido corregida
Aguárdate, pues, Taguada,
la contesta te daré,
háceme tú la pregunta
y yo te contestaré.
Mi don Javier de la Rosa,
a la redondez de un cerro,
ahora me ha de decir
¿cuántos pelos tiene un perro?
Aguárdate, pues, Taguada,
a lo derecho de un huso,
si no se la ha caído ni uno,
los mismos que Dios le pus.
Mi don Javier de la Rosa,
yo le vuelvo a preguntar:
¿sacándole la mitad,
con cuántos podrá quedar?
Aguárdate, pues, Taguada,
la contesta está a un lado:
le sacas la otra mitad
y queda el perro pelado.
Los