extendida a lo largo de todo el territorio, esta práctica folklórica ha declinado notablemente en los últimos años, desplazado por el avance social de la medicina, si bien con fines de terapéutica equina se conserva con fuerza en centros rurales de la zona central, y con ambiciosos objetivos de fortuna económica no es rara en el elemento de escasa educación de los núcleos urbanos.
Su importancia psicosocial se suma a la de las otras creencias folklóricas, como motivo de estudio del comportamiento evolutivo de nuestra nacionalidad.
En las ceremonias litúrgicas funerarias y en los actos religiosos efectuados para aliviar a los enfermos, a partir del descubrimiento y conquista del Reino de Chile, podemos encontrar los antecedentes del sahumerio de nuestros días, de más vastos y diversos alcances que el de otrora.