los cantos de chinos, predomina la cuarteta de versos octosílabo, que en ocasiones, como es el caso de los cantos de la Candelaria, se combinan con cuartetas cuyos versos primero y tercero constan de nueve sílabas. En este tipo de canto, las cuartetas octosilábicas se alternan con las otras de medida más libre. Un excelente ejemplo del tipo recién descrito, lo constituye la ya citada Salutación a la Virgen de la Candelaria:
Reina y Madre Candelaria
aquí los venimos' presentando
bandera, flauta y tambor
hoy te vienen saludando.
Virgen Madre Candelaria,
Virgen Madre poderosa,
hoy gloria te vienen dando
en tu santo milagroso.
Qué Madre tan humanitaria (verso de 9 sílabas)
hoy la vienen buscando
a tus hijos Reina y Señora (verso de 9 sílabas)
hoy se vienen entregando.
Otro tipo de verso utilizado en los cantos de chinos, aunque mucho menos frecuente que el octosílabo, es el hexasílabo. Se le encuentra igualmente, entre los himnos de la Candelaria:
Propicio, propicio,
la honra de Dios.
Virgen Candelaria.
Cuerpo del Señor.
En Valparaiso y Aconcagua, se cantan cuartetas octosilábicas, de contrapunto, siguiendo un esquema de preguntas y respuestas en la salutación y despedida de los bailes. En general, el canto de esta zona tiende a apartarse en su carácter, de lo propiamente ceremonial, por su condición de frecuente improvisación, en contraste con los rigurosos modelos de los chinos de Coquimbo, los que no permiten el aporte individual.
Los bailes de chinos son, de todos los grupos ceremoniales de país, los que presentan una dispersión geográfica más amplia. Abarcan tres provincias, desde Coquimbo a Valparaiso, alcanzando su mayor frecuencia de uso en las localidades de Andacollo, en la provincia de Coquimbo; Valle Hermoso; en la de Aconcagua; y Puchuncaví, en la de Valparaiso.
Por la enorme riqueza de los elementos folklóricos que lo constituyen, el baile de los chinos se presta a las más variadas aplicaciones en lo socioeconómico, cultural y científico y pedagógico. Su música, coreografía, poesía e indumentaria debe