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Página:El Anacronópete - Viaje á China-Metempsícosis (1887).pdf/289

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viaje á china

secutivos, y los artistas reciben por su trabajo una remuneración que varía entre 600 y 1,500 duros.

Generalmente los teatros se improvisan con bambú en los pueblos de poca importancia; pero donde las representaciones son frecuentes, hay edificios de planta, hechos de ladrillo y yeso, á cuya categoría pertenecen los dos que posee Macao.

La sala es un rectángulo. Dos órdenes de lunetas de madera oscura, separadas por un callejón en el centro, componen, como en nuestros coliseos, el patio, al que concurre la gente acomodada. Estas lunetas están separadas de la pared por un ancho pasillo á cada lado, á los que de pié y gratis asiste el pueblo. En el primer piso hay dos galerías laterales para señoras y caballeros preferentes. En el segundo y en el fondo, paralelamente á la escena, se levanta un graderío para todos, como el paraíso del Real, cuyas delanteras, separadas del vulgo por una barrera y de los vecinos por un tabique, son los palcos para las autoridades de la Colonia.

Los precios de las localidades varían desde un real hasta cinco. Las paredes, que en algún tiempo debieron estar enlucidas de yeso, no están ya más que relucientes de mugre, y jamás hubo mano de pintura en ellas ni en el maderamen, negro por tan distintas y frecuentes fumigaciones. Alguna que otra lámpara de aceite de coco, despabilada á intervalos por culis (coolies), vestidos lo extrictamente necesario para no poder decir que van desnudos, alumbran y asfixian al público. El traje del que no paga y el de la muchedumbre de á real, viene á ser como el del culi. Los de los caballeros y señoras ya nos son conocidos. Pero hay otra clase de Evas, luciendo patchamas de la forma invariable china, si bien bordados en sedas de colores vistosísimos, que por las flores de su peinado, los oropeles de su prendido y el blanco de magnesia y rojo de ladrillo con que embadurnan sus mejillas, para imitar á las grandes damas, acusan á la legua su triste