N° 4 expone:
- “Que nos hallamos todos los días sitiados por la ribera de Bíobío con los indios que no cesan sus malocas [1], lo mismo que sucedió el año de 70, que de resultas d... e ... malocas entre ellos de que se aniquilan d... n... los españoles son tanto lo insolentados que están que de poco tiempo a esta parte han muerto 7 españoles y no se ha puesto reparo alguno” [2].
Prosigue en el No 6: “Que hace muchos años se ha solicitado sacar el almacén de la pólvora de dentro de la villa por estar expuesta al eminente riesgo” [3].
Y, en el N° 8, argumenta:
- “Que de algún modo se den arbitrios para contener tanto ocioso vagabundo que no se ocupa más que en llevar robos de un Partido para otro, con cuyo motivo tienen aniquiladas las haciendas y habitantes de la campaña y como no tienen más temor que al azote de algún modo concédanse a éste para que experimentando algún castigo se sujetan al trabajo del cultivo de la tierra” [4].
Sobre las necesidades de tipo religioso de la población, el N° 5 dice:
- “Que esta isla de La Laja tiene de latitud 30 leguas y de ancho 13; que su vecindario será lo menos 20.000 almas que están ceñidas a la miseria de un triste Cura que de ningún modo puede dar abasto a tanta longitud y se solicita un Conv ento en esta villa para cuyo fin tiene por principio una quinta donada a los RR. PP. de la Merced por el señor Fernando Amador que con algo que el rey dé y la ayuda de los vecinos se puede poner en ejecución” [5].
En cuanto a las necesidades de abasto, el N° 7 plantea: “Que se le asigne a esta villa 8 pulperías para los reparos de ella que como nueva población tiene muchas necesidades” [6].
Por último, para una regulación del mercado local de los vinos incluyó en su listado, en el N° 10, un problema que lo afectaba también a él mismo, como productor vitivinícola: “Que no dentre vinos de fuera hasta desprenderse de los del partido” [7]183.
También el diputado O’Higgins elaboró en Santiago un proyecto para reparar el estado de abandono en que se encontraban todas las plazas de la Frontera, ya que el Cuerpo de Dragones, destinado desde su fundación a protegerlas, mantenía dispersas sus fuerzas. Cien de sus hombres habían sido destinados al auxilio