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amar al hombre, completó el triunfo de la razón, y el genio rompió la cadena de dudas que le ahogaba con su peso, manifestándose bello, puro y confiado en su grandeza.

Algunas penas, de aquellas que no lo son para las almas vulgares, vinieron á turbar el alma inocente del poeta: sin la Religion y el estudio hubiera renacido con creces su antiguo escepticismo; pero fortalecido su ánimo con estos dos ausilios poderosos, combatió con fe en el porvenir, y solo se conoce esta lucha en la dulce tinta melancólica que vemos esparcida en sus producciones. Pasemos á analizar estas.

La primera que aparece en la coleccion es el Insomnio, y nosotros quisiéramos trasladarla íntegra, porque estamos seguros de que ella diria mas al corazon del lector que nuestros pobres elogios. Al comenzar la poesía, espresa el Autor la confusion, pesadez y ansiedad que preceden al ensueño; luego las imágenes son mas claras, ve á su amada, la invita á partir con él á un país delicioso y una barca les conduce durante la noche; á la primera luz de la aurora despiértala impaciente anunciándola la prócsima salida del sol y cuenta las bellezas de una tierra que verán con su luz; aparece el astro luminoso, y á medida que se acercan va mostrándole los encantos de aquel suelo de promision: ya estan cerca, mas cerca aun, vense las montañas, los prados, los jardines, los pueblos, los castillos y.... «¡Poder de Dios, si estoy soñando!» esclama el poeta cuando el colmo