Página:El Gíbaro.djvu/120

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Aquí llegábamos en nuestra conversacion, cuando sentimos una confusa y desacorde reunion de voces, que iba acercándose cada vez mas, y entre la cual, distinguíamos carcajadas, reniegos, silbidos y cantos los mas estraños; la casa parecia venirse abajo, y á medida que crecia mi susto el rostro de mis huéspedes se animaba, asomando á sus labios una sonrisa de placer.