Página:El Gíbaro.djvu/129

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Desperté con el susto de ver mis borradores bajo los pies de aquella jente, y me hallé en mi cuarto, con los muebles en su lugar y sin sabios ni locos; pero con el sentimiento de que mi sueño no hubiera durado hasta ver lo que decia el de Puerto-rico sobre la casa de beneficencia; pues, aunque por conducto tan poco usado, me gustaria saber á que altura se halla en mi país ese importante ramo de la ciencia administrativa en la escala cuyos dos estremos habian marcado los dos cuerdos locos.