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Página:El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (1905, vol 1).djvu/295

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DON QUIJOTE DE LA MANCHA

muy buen talante, y el caballero le besará cortésmente las manos por la merced que le face; y aquella noche se despedirá de su señora la infanta por las rejas de un jardín que cae en el aposento donde ella duerme, por las cuales ya otras muchas veces la habrá fablado, siendo medianera y sabidora de todo una doncella de quien la infanta mucho se fía. Suspirará él, desmayaráse ella, traerá agua la doncella, acuitaráse mucho porque viene la mañana, y no querría que fuesen descubiertos, por la honra de su señora; finalmente, la infanta volverá en sí, y dará sus blancas manos por la reja al caballero, el cual se las besará mil y mil veces, y se las bañará en lágrimas. Quedará concertado entre los dos del modo que se han de hacer saber sus buenos ó malos sucesos, y rogarále la princesa que se detenga lo menos que pudiere; prometérselo ha él con muchos juramentos; tórnale á besar las manos, y despídese con tanto sentimiento, que estará por acabar la vida. Vase desde allí á su aposento, échase sobre su lecho, no puede dormir, del dolor de la partida; madruga muy de mañana, vase á despedir del rey y de la reina y de la infanta; dícenle, habiéndose despedido de los dos, que la señora infanta está mal dispuesta, y que no puede recebir visita; piensa el caballero que es de pena de su partida; traspásasele el corazón, y falta poco de no dar indicio manifiesto de su pena. Está la doncella medianera delante, halo de notar todo, váselo á decir á su señora, la cual la recibe con lágrimas, y le dice que una de las mayores penas que tiene es no saber quién sea su caballero, y si es de linaje de reyes ó no; asegurará la doncella que no puede caber tanta cortesía, gentileza y valentía como la de su caballero, sino en sujeto real y grave; contiénese con esto la cuitada, y procura consolarse por no dar mal indicio de sí á sus padres, y á cabo de dos días sale en público. Ya se es ido el caballero; pelea en la guerra, vence al enemigo del rey, gana muchas ciudades, triunfa de muchas batallas, vuelve á la corte, ve á su señora por donde suele, conciértase que la pida á su padre por mujer, en pago de sus servicios; no se la quiere dar el rey porque no sabe quién es; pero con todo esto, ó robada, ó de otra cualquier suerte que sea, la

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