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Página:El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (1905, vol 1).djvu/382

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DON QUIJOTE DE LA MANCHA

señora Dulcinea, que yo le diré tales cosas de las necedades y locuras (que todo es uno) que vuestra merced ha hecho y queda haciendo, que la venga á poner más blanda que un guante, aunque la halle más dura que un alcornoque; con cuya respuesta dulce y melificada volveré por los aires como brujo, y sacaré á vuestra merced deste purgatorio, que parece iníierno, y no lo es, pues hay esperanza de salir dél; la cual, como tengo dicho, no la tienen de salir los que están en el iníierno, ni creo que vuestra merced dirá otra cosa.

—Así es la verdad, dijo el de la Triste Figura. ¿Pero qué haremos para escribir la carta?

—Y la libranza pollinesca también, dijo Sancho.

—Todo era menester, dijo don Quijote; y sería bueno, ya que no hay papel, que la escribiésemos, como hacían los antiguos, en hojas de ciertos árboles ó en unas tablitas de cera; aunque tan dificultoso será hallarse eso ahora como el papel. Mas ya me ha venido á la memoria dónde será bien, y aun más que bien, escribilla, que es en el librillo de memoria que fué de Cardenio; y tú tendrás cuidado de hacerla trasladar en papel, de buena letra, en el primer lugar que hallares donde haya maestro de escuela de muchachos, ó si no, cualquiera sacristán te la trasladará; y no se la des á trasladar á ningún escribano, que hacen letra procesada, que no la entenderá Satanás.

—Pues ¿qué se ha de hacer de la firma? dijo Sancho.

—Nunca las cartas de amores se firman, respondió don Quijote.

—Está bien, respondió Sancho; pero la libranza forsosamente se ha de firmar; y esa, si se traslada, dirán que la firma es falsa, y quedaréme sin pollinos.

—La libranza irá en el mesmo librillo firmada, y en viéndola mi sobrina no pondrá dificultad en cumplilla; y en lo que toca á la carta de amores, pondrás por firma Vuestro hasta la muerte, el caballero de la Triste Figura. Y hará poco al caso que vaya de mano ajena, porque, á lo que yo me sé acordar, Dulcinea no sabe escribir ni leer, y en toda su vida ha visto letra mía, ni carta mía, porque mis amores y