con Zoraida, que comenzó á dar muestras de irse donde su padre le había mandado; pero apenas él se encubrió con los árboles del jardín, cuando ella, volviéndose á mí, llenos los ojos de lágrimas, me dijo:
»—¿Tamejí, cristiano, tameji? que quiere decir: ¿vaste, cristiano, vaste?
»Yo la respondí:
»—Señora, sí; pero no en ninguna manera sin ti; el primer jumá me aguarda, y no te sobresaltes cuando nos veas; que sin duda alguna iremos á tierra de cristianos.
»Yo le dije esto de manera, que ella me entendió muy bien á todas las razones que entrambos pasamos, y echándome un brazo al cuello, con desmayados pasos comenzó á caminar hacia la casa; y quiso la suerte, que pudiera ser muy mala si el cielo no lo ordenara de otra manera, que yendo los dos de la manera y postura que os he contado, con un brazo al cuello, su padre, que ya volvía de hacer ir á los turcos, nos vió de la suerte y manera que íbamos, y nosotros vimos que él nos había visto; pero Zoraida, advertida y discreta, no quiso quitar el brazo de mi cuello, antes se llegó más á mí, y puso su cabeza sobre mi pecho, doblando un poco las rodillas, dando claras señales y muestras que se desmayaba, y yo asimismo di á entender que la sostenía contra mi voluntad.
»Su padre llegó corriendo adonde estábamos; y viendo á su hija de aquella manera, le preguntó que qué tenía; pero, como ella no le respondiese, dijo su padre:
»—Sin duda alguna que, con el sobresalto de la entrada destos canes, se ha desmayado.
»Y quitándola del mío, la arrimó á su pecho; y ella, dando un suspiro, y aun no enjutos los ojos de lágrimas, volvió á decir:
»—Amejí, cristiano, amejí: vete, cristiano, vete.
»A lo que su padre respondió:
»—No importa, hija, que el cristiano no se vaya; que ningún mal te ha hecho, y los turcos ya son idos: no te sobresalte cosa alguna,