bajó la cabeza y Yamata se ocultó el rostro bajo sus blancos velos.
Esta ceremonia nupcial, que diríase un duelo, significaba que la joven moría para su familia y sólo era para su esposo.
Entonces los invitados, escoltando á la novia, salieron en dirección de la casa del novio.
Boitoro y Miodjin habían escapado sin ser vistos, y el primero estaba ya en el salón de honor de su casa cuando llegó la comitiva. Recibió á su esposa con las muestras de la más profunda alegría é invitó á los acompañantes á beber y á divertirse; pero las jóvenes que iban vestidas de mariposas condujeron á los recien casados ante las imágenes de los dioses del hogar, colgados de las paredes. Uno frente á otro, apuraron hasta la última gota, un vaso de metal lleno de sake. Este vaso, que sostenía una de las jóvenes por un largo mango, tenía dos golletes.
Cada uno de los esposos bebía en el que estaba á la altura de sus labios.
—Así debéis beber la vida—decían las mariposas. —El mismo licor será, para vosotros, dulce y amargo.
—En adelante todo es común para vosotros: las alegrías y las penas.
—Bebed, bebed. Los primeros sorbos son embriagadores.
—Procurad que nada enturbie la bebida, que nada
la agríe, que nada la trueque en veneno.