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KL MUSKU UNIVEUSAL. paniiíl la lii'l ivy; la vn/. iliil nii'ii ta ilc liius. Si- Ifinniida unosárboles. ICI laiubor y la Haiita. mía sinqile pandi-reta i¡un vayaii ili'sliru/.ar una siíinla i|ii(' (O iin ha dr iiiiilar, y á veces son toda la música. ;.Ks ya td casero [latlre? .sisle la il(!sl)r()/.a ; i¡iin vaya á líiiijiiar una íiiciilc en IJIUÍ mi lia á la misa mayor, cierra sus traliis á las puertas de la lii! ImluM', y va y la limiiia. (.iilia i'iii|icni linln a|iai'aLu IIIÍ iglesia , jueya al nms en la posada ñ en su pro¡iia casa, siempre al calor del vino y en invii^riio al de la lumbre. tuerza. AiiiHHi las ^rniiilüsniuiiiiiiiiís, si lunli' lialKT nii ccla;.liay a!;.;iiii [larlidode pelóla en alquil [Hiebloinniodiadiirilc, la pniviiicia, h: ([iiicn' i-ini una sida varilla rti la lo? I'd casero no falta. ¿Hay alfíiina rouieria á uiia ile las mam» y sin mas anuas. Vi- sidiiailus i|iii'. Iralan de iiiijiu- ermitas eelebriidas en la [irovincia'.' Se le w de sef,'uro utirli! uiirmldii i]uii él di'Si'a: basta |iara([iii' aiiHM'l h i - bailando al [lié (le laeniiila.se. le oye euloiiaiiilo á corn imilli) y U: pniviiipit'. caiiciom's cuyo aire caracteriza mucho aquellasbennosas Para <MHI SU nira i's lan sumiso, iiiir le divisa á In Comarcas, {loiue y ¡ilaliea alejíremeiiti': y piieslo ya el sol Urjiís Y deja su a/.adiin y se (Icsruhri'". U: fialla iriisii cailli- Sobre las inllauíadas cumbres de Oceiiieiite , trisca al ¡lar Jiu, y'st; di'liriiií y k alu'c ]iaso;iia (Uiin'd luií'iil.i'as i'slá de la oveja jior la veretla que mas direelaiucule c^.induce á vnlri'Wadiiá sus |]lai:i'ní.s, y los siis|ii'iid(' y ila Iri';^ua á su su caserío, dan lo ile ve/, en cuando al aire alaridos pareídffazara. Haya vcrdad^ramculi'. cu li'iudr su ri'S|n'lii al cidos á los lie losyalleyos, auuque mas aj^uiios. proloncura ; mas [ircvalccc aiui suliiv la vii/, df cslr Iciimr la d(í fíiidns y alef,'res. su- iuliíreses. Amiará una y diis li';.;uasnin id |'icuciillu Anu hny á pesar ili- los malos años que han venido uno fiu lu nieve para asistir al lrui|dii, m di;¡ará ih' ai^umpa- Iras oiro , se observa cierta alef^ria en I(is caseros, cuyas ñar i'u [inu'i'siiiu á la V¡r^;i'n si arirrlau ¡i sacarla cuauílíi hijas y i'sposas suelen bajar con no menos rcj^ocijo á la úleslá cu la ifílcsia, dejará i'ii U an|u¡ll;i su idiiilu y cu la calle la mañana did domingo , llevadas del ileseo de vencasa i)an'()i]uialsu [ircsi'ule; mas csralimará . fuiun [luc- der al^'unos de los [irodiicios de. sus campos. V parece, da, el dic/jiiü, ipie aun |niya; y si lieiie juir ecusiialistiL sin einbari^o , bien Iriste y es|Hiesta á ¡ncniívenieiitcs su la Iglesia, redimirá el i-i-nso, amii|iie irn'dÍMiÍldc., apenas vida. Habitan im pncas veci'S á dos i'ilrcs !ei;uasilcl puenua'ley se lo|ieriiula. bbi; y hay para lle^'ar liéli-iieslas r;i|ii(las v veredaseslreKs iuli'rcsadmd casern, ;.y ei'jUKi tli.) liaili- serln'MUll- cliisimas que desa[iareceii debajo de las nieves . se ponen l.iva nna lierra in^;i'ala liají) uucifdu. sí lii'rniiisu cuel con la humedad resbaladizas y para el hombre de la c i u Voraiii.,|n-cñaducu el invicrmí ilea^nas, vientos y uie- dad iMinpIetamenle imprai'-tícables : que si esliiu en (iulVtís. (luuni un vencían euseclias aluui.laules , tii^ue ajii-iias piizcoaescideiiles los caminos reales y provinciales, son CUUi|Ue. saiisl'acrr ¡lareauíeule sus iieresiila les. l'ln dos malísimos y por demás iiifaini'S los de carreta y herraú Iresafins alj^o eslcriles (•(insnm^ísus alinrnis y se al rasa, dlU'a. (^ae uno de la faiuilia t,'r.ivcnienle erd'erino, yes ¿línsea diuei'n? ha de caer, quií'ra ñ im, en manus de la lili iiivierilo , y de noche , y uoclie oseiini: ha de encender usura. Ks adi'uias, cnu rreeucncia, un |ii'ii|)ielariti siito otro su ftijo i'i haz de paja é ir en bnsi'a de su cirujiUlo i'i coliiuu : quií el c.iidu sea ¡lara ciiu sus i^aiiijins cruel, ipir de su médico. I'J cirujano está quizás cu un piudtlo , la lie.uifíiin, liadesalisfaej'r su renla. /,i'-s el aun liuetm? su botica en otro: llcj^a larde el socorro al enfenuo y pasa en suliratile vale pneo. ;. I'ls maln? ;,ipii' le lia de ijin'danlcs- lauto la familia culera horas moríales di' au^iislia. Son durauliMd invienin las nieves h'ecuenles y ahundanlísipues deculiierlas sus nuieliasalenciuues'í uias en los allos nionl.es. j Ihiáulas uo han de ser sus pril'^l cas;'ni tiene [iiir In in c;ipilal el pni lurlo d e s ú s vaciones ! caui¡)ns V sus ninules : pa^a en especie y piir añiis al c u r a , ai eirnjaun, al farmacéulico, al uiaeslru de e s Por enlonces |iriiie.¡palmeii!i' cuenta el abuelo á sus nieCU'la . parle líe sus niismas earjíiis eniie.i'^'ili'S , parte del tos . que tiene si'iiladosjuiilo li si alrededor de la lumbre, prerin díd iu'rieiuln. n suele andar eseasn cnuui nn se las san^'rienlas luchas deesa j^uerra hMticida de sietcaños. tderdaii uiiie.lias enseidias; pern taiupncii suliradu. l'or enlonces laiiiliieiilee tal vez el iili'to ;i sus embebeci(Inmeasi, Un n|iipara, mas tanipncn pnlu-cniMilc ; vis- dos asci'udieiiles la viila de los márlires i'i las hazañas de Ve, lio ricas fíidas. mas laiiipnen liarapns. Sii princi[)al r.arlomajíno y los Hoce pares de rraueia , ó los hechos alimeiiln snii e| niai/., las easiaíias y la leelie. Las casta- militares lie! liérne de aqmdla inisnKi ^¡nerra de Sucesión. ñas ordiuariauí.'iitc las luieee; el uiai/. le amasa cnmind Ziimalacárr<'f,'ui, que es para el casi'roel luo ieriin diosile Irii^n y ItMMiei'e. ya eii hn^^azas, ya en ilel^íadas Inrias las batallas. ¡ (,>uc eiiliisiasiiin aun en la boca de esos Ipil' pñue á la llama di'l tiii;,'ar snlire nua pala de liiern» hoinlii'i's cuando relien'ii sus hi'clios de hai^i' veinte años! aiieha y r.'dmida. I.a leche la ni -/.ela emi el iiiisriin inaiz ;.Ks forastero el qio' los oye? !/• desij^uan el liiizar de la lograni'ln pur este nieilin liaeer nmi yulrn uias salinisus. acción . el caniiiin ipie siguieron uim v otro ejército , el Pau raras veces le cata, viun snlailieilte las fiestas de, punto en que. murieron ó i-ayerou heridos sus caudillos, guardar en ipii' liaja á la ealli^ n ;i la venta. Nn pruelia la lleciii'rdns lodns Irlslcs para el que tiene ciii'aznii y d e cariHí fresca sino en las ;,'rauili's snh'iuniílades; si, la [ilora que la hnmauídad haya de sefíuir siem[ire en medio salada, i|Uií cnuie enii las venlnras y le;^nmlires de su de contradicciimes y de liicbasla S"iida ile sus destinos. luierla. Mas un hemos pinladn aun al casero eii uingmio de esos Ms veriladei'iimiMile (¡slíi sisLiMiia aliiiieiilicin uiuy dis- días solemnes que fonuaii época i'ara el hoinbve. lis el liulndcl ipieusau lus lalirief,'iis en las demiis pmvineias casero ínlercsado hasta cu sus amures. Itiisca tanlu li mas íle l'ispaña ; pern mi lo es menos el ciia Ini de sus prndne- en su llovía el buen dote (pie la hermosura; y se decide tos ajeríenlas. Iluipuzeoa nii da vinii; y el ipie le viene ije difícilmi'iile ;i casarse si sabe ipie la que le ha cautivado Navarra, snliri- unsevde nmeliniMierpti, saleeomuuiniíule, el corazón uo lleva siipiiera un iiii-<liami nryt'.o. Ls , sin varo, !•;! pan sin vinn se hace de dirii-il diHesliiin . ni le embariío, despriMidido y rumboso el día de la binla. Tiene da al lalirador haslaid.c fuc.rza. ICl niaiz , ipu'ahuuda allí ya desde por la mañana en su casa arreo y dote qui^ le han y es de maynr uulrie.iun , ha sidn ualurahneuli' preleri- sido limados por uno de la familia de la novia en un carro, ilii. Nn ahundiui meiins en (luipuzcua los castaños, t^as cuyas ruedas, preparadas al ¡nienlo. han ido amnicíaiiilo dosli'rcí-ras [larles de las verlienles de sus cerros están la ¡"iuisla nueva por lodo el Iránsítoeon sus af,'uilosclnll¡culiie.rlosdeestos lozanos y eojiiidos árboles,cuyas ramas liiis. Sale al )'ani|io, y acouqiañailode sus mejores amigos, verde-clai'as es|iarcen sus alej,'res souihras snlire los h e - va al son lie la «aüa y el lamhoril por su futura, que ataviada ya y d¡s]mesla , se une á la comitiva con la suya, luclios. Visle el casero eii invierno, ciiaudo ya lie alf^niia edad, donde va jal vez ali;uua jéiven loeamlo la pandereta. Díríc.luiipiela, chaleco y panlalomlc pañn ¡inrdn, polainas di' yeiise lodos al coin|iás de la música á la ijílesia ; y, celctomín azul, enii lisias lilaueas, alpar^'alas ile cáñamo, bnidiis Ins ilesposorios , danzan ii las puertas deí templo snudirerodeeopa liaja v alas aueha<. .lóven aun, lleva no sin soltar los lioinbres al liiial de caila baile los mentahomahlanca. eiieamarla ó azul, eiiya Imrla deja caer dos alaridos. Ileiíresaii al hojear ile los cnuyufícs, siempre al son de los mismos ¡uslrum"iilos , comen con otros ííraeiosamenle sohi I liniuhro , iio usa |)olainas n'i paños muidlos convidados, hablan, cantan, brímlau y se prolaii haslos. I,a capa es su traje de ceremonia y f^ala. cede á la entreoía y cuenta formal did haber di' la novia No visl.e, menos moilestanienle la casera , cuyo lujo e s - ante eseribaiios y testigos. Sobre ;;rimdes arcas ile madetriba casi Loiloeii sn loipiilla enn h'uaruicion ile eneaje, ra, atestadas de ropa blanca, sf ven sendos colclioues: por entre la enid le hajaii tal ve/ hasta la roililla sus lar- lijíuran alrededor los deimis objetos nuicbles. En olra gas y pobladas trenzas. Un eorpiño f,'ííneralnviil.e uei;ro, caja ú en el fondo de la misma ari'a viene el dote. unas sayas casi siempní oscuras, alpar^^alas alyo mas S - u y,f^"^'"^r 'I'"' lít^ 'I h's hombres . comiilelan su Asciende á veces el número de los conviiladns á cincuenta y á sesenla: la eniuida e s , si no espléndida, abundante, Y dura á veces dias la liesla de la boda: la milaij y aun mas de la mitad de! dolé uo es sino muy ataso un -.ot ai de no muy alio pn-,-,!,, conslituvon loilá frecuente'ipie se consuma en eslas danzas y banquetes. su pompa y atavio. ' ^.'MIBIUUJLH uiiia

lis que el hombre ama el conlraste? ;,Ks que se eniCalzan á menudo hombres y mujeres, en vez di- b,s briaiia en nvdío de! bullicio del festín y uo acierla á

alpiu-alas , li^-eras abarras de cuero que ll.van lumbiñ, dejarle? |.n positivo es que esos dias de re;.'ocijo y zamsilletas a la ^íar^anla del pii' con cnilas azuladas bra son para el casero nn verdadero IKISÍS CU el (Íi)SÍert.o ¿Habrá ahur I por qué describir el traje de verano de de la villa. unos y de oirás ! I,a dilerencia mayor está en la materia Que se divierta y eidnquezca el casero en una boda no (íii la forma. í.iie.i' la rasera en verano, en lu"ar de'l no es aun simt muy natural, i'i por lo menos, tolerable. manlon , sus pañuidns hliuieos bordados: el easern^iWen Mas se alet;ra hasta"en las lú-ílllires escenas de la muerte. una idiaipiela ile malla ^'riiesa y anelia que sue|(í'i|,.var Fallece mi íuilívidun de un caserío veeinn , y se apresura plef^aila con cierta yracla alrededor 'hd cuello y (.iiciuia á veslir su Iraje de i-erenuiuia para acompañar a! difuulo rie los hombros. á la ifílesia, orar por él y darle el últiiun ailinsal pié de la Kstáiiuranlela semana enlretíiKJoe.l casero á unIralmjo ya n'niovida lierra () de la levantada losa del s'pulero. lieiioso y rudo; mas. Ih'^aila la liest.a, se lanza no con llrave, eom|mnfíiiln quizás, envuelto en su capa mientras menos iiriior. al jue;;;oy á la zambra. .Inven aun, m a - su mujer en la ca|Hiclia, |inesto en corro al pié del ataúd, driifía, oye misa á la prinii'ra luz idd alba, corre y se di- en lauto que la iglesia reza sobre él las palabras de sus vierte , pasa horas jugando á barra ó á |a ,pelota. baila salmos , contribuye ÍÍ dar por cierto a! espectáculo un c a H . , ( J H . I H l l l . i l 11.1 J . . ^ 1 1 1 n f . • . •• ....-.., .,,,,,u Jilc ner de la tarde en la plaza de su aldea ú ¡i la sombra de rácter sulennieé nnponenle. Mas deja el templo ycl fíine-

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briireeínlnde los muerlos; y i!a y toma sn pan y su copa devinuenlacasa del ipie duerme ya bajo la tierra. Asiste á lus ocho dias á las honras; concluidas, vuelve á la inorada de la familia huérfana. ;,Para apurar olra copa? no, sino |iara tomar parte en un bauípiele mortuorio, donde halda, y cniíie, y l>ebe,y suelta !a carcajada, y se divicrle sin tener cu cueiila el dolor de los parientes del difunto, ^o es yaesle un b;iiiquele de boda. ]ieni si do liesla. Otro casero le. da y no anda tampoco m e z quino. Pero son á la verdad liieii Ilevailcros los {Jcfeclos del casero giiipuzcoano, ¡ l.áslima que no esté mas instruido ! La ii;rioraiicia le hace siqierslicinso: la instrucción le perfeccionará. F. V. M.

EL CASTILLO DE YILAS.VIl. A tres le^'iias N. K. de Harcelona , detrás ile una vislosa población de la costa catalana , en el declive de suaves lomas y al borde de una rambla amenisiiua, soinbreaila de almendros y naranjos, álzase orgulloso y ]dnlorescii el castillo de Vilasar. Pertenencia aclualmeiiic de lacasa de Moya, y residencia feudal en los siiilos medios de los señores del l e r rilorio y de las dos poblaciones vecinas, Vilasar de Mal y Vilasar di- Mar , que en recuerdo de sn vasallaf,'e p r e seulaii aun los torrennes que ;i la viíz las resguardaiíaii y opriniian . csla soberbia morada es uno de los monumentos mas curiosos de su Opii{'a eii liatalnña, ya por lo bien conservado , ya por (-araclerizar es|iec¡aÍmeijle. las construcciones que se estilaban en (ísla parle del Mediodía de liuropa. l']feclivameiiic, el que haya recorrido la ¡irovineia, habrá observado la analogia de sus monumeiilos arqiiiteclóiiicns de cada época detenuinada , no solo en castillos , sinn eu leiii|ilos , erniilas y edilicios [lartículares. Los Caracteres de las Construcciones de que el castillo íii' Vilasar viene a ser el tipo, son firamles masas de paredones y torreones cuadrados , mucha desnudez en toda la estcusiou de los muros, suma economía de detalles, liasla reílucirse a lo mas preciso del estilo dominauLií (una sencilla cobmmita eu las venlanas , una sim|ile c(>nefa de ar(pntos en resallo, etc.) y por defensa almenas con saeteras , ancha ladronera sobre la entrada . y idevada atalaya i'U el centro i^ en uno de los ántiiilos del edificio. No se busque en esle y i'u los de su clase el caraoler belicoso de ciertas fortalezas de la monlaña y de. las fronteras . ni menos el sombrío de los presidios arai^one.ses y asiuríaiios. ni el libero y llorido de las almenaras castellanas y arabescas; pues, sin duda, jior la índole del liáis ó por la particular posición y destino de eslas n'.siileiicias, no se cimsideraba ó uci cni necsiuáo hacer de. ellas unas verdadenis defensas, y aunque feudales sus duei'ios, mas familiares los señores catalanes con sus aparceros que en otras rcfiinnes, lal vez lemplalum su poder jurisdiccional con las blandat! funciones de propicíanos a;írie{)las. lisia doble naturaleza ile señorío feudal y de rústica jurisdicción que rcuniaii los hídalfíos ile Cataluña, t-s[ilica basta cierto punto el carácter de ¿niircycoisie, como dirían los franceses, que ofrecen ese y otros "curiosos m o uumenlosde la provincia, se^un cabe juzgar por la nniestra (pie presentamos; (y (|uÍ7.áesto mismo podría espÜi-ar la estrana a|)elaciiiu de torrea que aun se da á las quinlasi'i casas líe r«creo}. Mn efeclo , id castillo de (pie initamos para la estralcfíia es de escasa utilidad, pues uailn domina y nada deliende; de otra parle su perfecta conservación pruidia los pocos cimibates que habrá lenido (pie sufrir por el ¡nqielu de las iirmas , y sí bien presenta un aire de fortaleza con su recinto eslerinr, sus defensas, foso y puenle levadizo, del cual se ven indubitables VCSIÍL;ÍOS . consiste en que la proida defensa i-ni nreí necesidad íícueral de todo propietario aislado en la edad media , una condición iirecisa de existiMicia siquiera para jíuarecerse de los inalheebores. Aveces, sin embarco, cuando eslos alherfiues servían de residencia á alf,'uua familia poilernsa . al paso <pie eran habitación suya , enuí también un refíijiio para sus colonos y terralenieules en caso rie pelíi;ro. y un punto de apoyo para las aldeas que SI' agrupaban alrededor del solariejío. Iniponenle es á la verdad id iis|}ect.o de aquellos sonibrios castidlones que eu Ins picaidios del Jura o en las márgenes del Ubin sorprenden á caila paso al peregrino y escitaii la imaginación del poeta trayendo á la memoria de Uno y otro las renombradas y sangrientas proezas de. ijuí' acaso fueron teatro; oero id ánimo se ri'crea y la fantasía vaga con mas lioerlad i'U jiresencia de esas construcciones de Índole lienigna como el castillo de V i lasar. que rodeado di- lozanos (divares y ¡uimposas v i des, prueba cuánto mas benidiciosas son, y cuánto mas hermanan á los liombres unas costumbres patriarcalt-K que permileu el desarndlo natural del ramo primero dfi riipu'za púhli(-a consistente en la agricultura. Ya al divisar á cierta distancia este easlillo-alqueria. rodeado de sus cortijos y dependencias, aparéccse cual pastor en sus ovejas . cual patrono Iniciar entre sus s u misiis protegidos. Su torre homenaje atisba la redondel de! llano á manera de atalaya vigilante contra cualquier enemigo que pudiera asomar; ved los aldeanos coin» concurron riígocijados á la común dcfunsu, y mientras