tes en esta interesante familia son:el negro, el rojo acanelado, y el sanguíneo para el dermato-esqueleto, y el negro,el rojo de sangre, el anaranjado, el blanco de plata y el amarillo de bronce para los pelos con brillo de raso que lo cubren. El sanguíneo, el rojo vivo de ladrillo y el anaranjado se distribuyen en vistosas manchas, ora formadas de pelillos aplanchados, ora desnudas y generalmente puntuadas, mientras que el plateado y el dorado aparecen en líneas y dibujos que realzan el fondo oscuro del cuerpo.
La mayor parte, ó á lo menos las que he observado vivas, y sobre todo las grandes especies, dejan oír cuando se las coje, una estridulacion análoga á la que producen los coleópteros de la familia de los Longicornios (Cerambyeidœ) y algunos gorgojos (Careulionidae). Las hembras producen una estridulacion mas viva y sonora que los machos: en las pequeñas especies el ruido es insensible y nulo para el oído humano, aunque del rápido movimiento de sus últimos arcos dorsales puede deducirse qeu tambien los emiten.
Este ruido es debido en las Mutilas al vivo rozamiento de la cara interna del segundo arco dorsal del abdomen contra la superior del tercero. Las especies del grupo Lateriplance no emiten ningún sonido, según he observado en dos que mas adelante describo. He creído notar, aunque ignoro hasta qué punto me séa dado generalizar sobre ello, que en los grupos en que los machos se asemejan mucho á las hembras, los primeros poseen la facultad estidulante casi en tanto grado como estas, al paso que en aquellos cuyos dos sexos difieren considerablemente entre sí, los machos apenas producen un débil ruido.
Ya he hablado en la primera parte de este trabajo, de las dificultades que ofrece la clasificacion de estos insectos, cuyo lugar sistemático en el orden de los himenópteros parece hallarse, como opinan muchos autores, entre los Formícides (Formicidœ) y los Escólites (Scolitœ). Por lo menos es innegable, que ciertos Escólites presentan un conjunto de caracteres que se los asemeja á los machos de Mutilla, hasta el punto de que, en otro tiempo, algunos autores colocaron entre ellas va-
