Prestó, sinembargo, excelentes servicios, como tiene necesariamente que prestarlos una rama tan importante de los conocimientos humanos, y que, sin duda alguna, es el brazo derecho de toda administracion ilustrada.
Confiada á la direccion del Ingeniero francés Sr. D. Plácido Aimó, transformó en números todo lo que era susceptible, consignándose la mayor cantidad de datos, es decir, todo lo que podía obtenerse no obstante las dificultades que por todas partes surjian ante aquel golpe dado á la rutina.
Cuando llegué á Salta (12 de Febrero de 1877) tuve el honor de tratar al Dr. Ortiz, para quien llevaba cartas del Dr. Aguirre, y entre las muchas atenciones que aquel caballero me dispensó, no puedo olvidar el presente que me hizo de un ejemplar del Mensaje citado, obra escasa aún allí mismo.
Revisándolo con interés, hallé, entre los datos reunidos por la Oficina de Estadística, una lista de los animales indígenas, concibiendo desde aquel momento el proyecto de emprender este trabajo, que hoy someto á mis lectores.
Salta, por su topografía y por su situacion geográfica, tiene que ser, y lo es, en verdad, una de las provincias mas ricas de la República Argentina, pero hasta ahora no ha sido explorada de un modo sério (si exceptuamos á Lorentz e Hyeronimus) de tal suerte que es completamente desconocida entre nosotros, sin embargo de que forma parte del «Jardin de América» expresion con que suele denominarse la provincia de Tucuman, siendo así que corresponde a lo que antes se llamaba «El Tucuman» del cual Salta era una porcion.
Sus montañas, sus valles, sus quebradas, su Oran, tierra de bendicion y de promesa, sus bosques, su cielo, su clima variado, en una palabra, harán de la Provincia de Salta, cuando llegue á ella el ferro-carril proyectado, uno de los puntos de cita del touriste, cualquiera que sea su vocacion.
Ella será conocida entonces, y el rápido contacto con el mundo la elevará a la categoría que merece por su naturaleza y por el carácter de sus habitantes.
Mientras llega ese dia, permítanme los nobles Salteños ayudar con mi humilde contingente a la obra de su progreso;—este
