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Página:El Pasatiempo.djvu/13

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—Esos elogios nos envanecen, dijo el duque. Esta es la doncella á quien os habeis dignado prometer entregar, en calidad de padrino, al Conde de Brienne.

—De veras? esclamó el rey que no habla cesado de mirar á la temblorosa Luisa con la mas viva admiracion: ¿hice yo tan temeraria promesa?

—Bajo la palabra de honor de un noble frances , os aseguro que la hicisteis, señor, dijo el duque de Mercoeur.

—Entonces fue antes de haber visto á la doncella: oh! no se la hubiera prometido á otro! replicó el enamorado monarca.

—¡A otro! replicó el padre con sorpresa: ¿Qué quereis decir, señor?

—No quiero disimular mi pensamiento, porque es muy honroso para exigir ese disimulo, interrumpió el rey.

Luisa de Lorena Vaudemont habla francamente, y dí la verdad: ¿Estás comprometida con el conde de Brienne?

—Ningun compromiso me liga á él ni á ningun otro hombre, fué la contestacion.

—¿Deseas ser su esposa?

—No, no, no, respondió ella con energía.

—¿Cómo es esto, señor duque? preguntó el rey volviéndose con serenidad hácia el duque de Mercoeur.

—Señor, esto es una obstinacion, ya perenne de esta doncella, murmuró el duque. Si vuestra llegada anoche no hubiese interrumpido la ejecucion del casamiento, seria á estas horas esposa del conde de Brienne.

—No se como las jóvenes se casan en las provincias, observó el rey; pero en mi buena ciudad de Paris y en todas partes donde la ley de Dios se obedece, un enlace no puede ser contraido sin el consentimiento de ambas partes, y vuestra hija, segun veo, niega el suyo en esta ocasion.

—Y siempre lo negaré, dijo Luisa.

—Entonces, repuso el rey, prohibo el casamiento.

—Es este vuestro agradecimiento por la hospitalidad que habeis recibido en Vaudemont? ¡Privarme asi de tan honroso yerno como el conde de Brienne!

—Mi señor duque, creo proporcionaros otro en su lugar, cuya alianza, aun vos mismo admitireis, no es menos honrosa.

—Pero, señor.... interrumpió el duque con algun calor.

—No, prosiguió Enrique, aguardad hasta que hayais oido su nombre, y entonces espresaréis vuestra opinion; pero primero deseo un momento de conferencia con la señorita, porque no quisiera instar,