(TRADUCCION DE ALFREDO DE VIGNY.)
CAPITULO 1.°
El camino de Artois y de Flandes es largo y triste. Se estiende en línea recta sin árboles, sin zanjas, libre de todo verdor, por medio de un campo llano, lleno de un cieno, amarillo en todas las estaciones.
En el mes de Mayo del año 1815 atravesé ese camino, y jamás he podido olvidar el encuentro que alli tuve.
Estaba solo, á caballo; tenía un buen capote, un casco negro, un sable, y un par de pistolas; habia llovido á cántaros durante cuatro dias y cuatro noches de marcha, y aun continuaba haciendo el mismo tiempo.... pero me acuerdo bien: estaba cantando el Joconde á toda voz. ¡Era tan jóven!
La casa del rey en 1814 había estado llena de niños y de ancianos; el imperio parecia haber asesinado á los hombres. Mis camaradas me habian adelantado en el camino, y componian parte del séquito de