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EL ROBINSON SUIZO.

bras nos hizo encontrar entre las cortezas que se arrancaban, la del árbol de la canela, cuyo sabor y fragancia no dejó la menor duda acerca de su identidad. Sin embargo, aunque de tanta estima este producto, al que tanto valor se le da en Europa, no me satisfizo en igual grado que los de la trementina y la almáciga, cuya aplicacion nos era más importante y positiva por el gran partido que esperaba sacar de estas materias resinosas en lugar de la brea, de la cual carecíamos por haberse consumido cuanta se encontraba en el buque.

Llegó en tanto la hora de comer, y la conversacion rodó naturalmente sobre cosas de actualidad. Deseoso siempre de aprender, Ernesto me preguntó la causa de mi alegria al encontrar el terebinto, y cuál era su aplicacion.

—De este árbol, hijo mio, respondí, se extrae un aceite, vulgarmente llamado trementina, de grande aplicacion en la industria. Sirve, liquidado, para hacer un excelente barniz; reducido á masa sólida, constituye lo que se llama pez griega, y mezclado con la almáciga resulta una especie de betun muy fuerte; así conocerás si aplicaciones tan útiles no son motivo suficiente para alegrarme de ese nuevo don de la Providencia.

Aficionado á golosinas Santiago, me hizo igual reflexion respecto á la canela, sintiendo que no la hubiese honrado con igual preferencia.

—La canela, dije, sólo sirve de recreo al paladar de los glotones como tú. Si la casualidad nos proporcionara que alguna vez tuviésemos tráfico con Europa, sacaríamos de tan precioso árbol buen partido. ¿Y no sabes, añadí, cómo se coge y trasporta para que conserve su aroma durante una larga travesía? Pues bien, te lo diré. Se juntan los trozos de corteza en haces bien apretados dentro de saquillos de tela de algodon, se les envuelve con juncos, y despues se cubren con piel de búfalo. Así enfardada la canela, llega á Europa sin la menor avería y con todo su aroma y sabor.

La comida y sobremesa pasaron en estos diálogos, y cuando estuvímos bastante descansados para volver á la faena, cada uno se puso á la suya. La conclusion de la casa todavía nos hizo invertir algunos dias. Listos los tejados, se levantaron las paredes con cañas y bejucos entrelazados y sujetos con ramas flexibles, cuya altura excedió cinco piés sobre el suelo. El resto hasta el alero se cubrió con un enrejado claro para que el aire y la luz penetrasen fácilmente. La puerta se situó en la fachada frontera al mar, y la division se hizo con arreglo á los huéspedes que debian alojarse. La entrada se destinó para los animales, reservando para corral un techo cerrado con palizada, para que únicamente pudiesen penetrar las aves. El aposento interior se enmaderó todo para habitarlo cuando fuéramos á visitar á los colonos, y la puerta quedaria cerrada durante nuestra ausencia como resguardo del ajuar, el cual se compondria de lo más preciso por si ocurriera pasar allí algunos dias. Al piso superior, al que se subia por una escala de mano, se destinó para mirador.

Dejóse para más adelante el encalamiento exterior con yeso, bastando por el