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poco valía, pero debía acabarse como en el texto sagrado se tenía dicho que había de acabar, y no por enfriamiento, como sería seguro que concluiría si en efecto nos alejábamos del sol..."

Una revista científica y retrógrada, que se llamaba La Harmonía, recordaba a los heliófobos una porción de textos bíblicos, amenazándoles con el fin del mundo.

Decía el articulista:

"¡Ah, miserables! ¡Queréis que la Tierra se separe del Sol, huya del día, para convertirse en la estrella errática, a la cual está reservada eternamente la obscuridad y las tinieblas!, como dice San Judas Apóstol en su Epístola Universal, v. 13. Queréis lo que ya está anunciado, queréis la muerte; pero oid la palabra de verdad."

"Y en aquellos días buscarán los hombres la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, y la muerte huirá de ellos. (Apocalipsis, cap. IX, v. 6.)—Porque vuestro tormento es como tormento de escorpión; vuestro mortal hastío, vuestro odio de la luz, vuestro afán de tinieblas, vuestro cansancio de pensar y sentir, es tormento de escorpión; y queréis la muerte por huir de las langostas de cola metálica con aguijones y con cabello de mujer, por huir de las huestes de Abaddón. En vano, en vano buscáis la muerte del mundo antes de que llegue su hora, y por otros caminos de los que están anunciados. Vendrá la muerte, sí, y bien pronto; se acabará el tiempo, como está escrito; los cuatro ángeles vendrán