extremidades de sus ramas alcanzan a los 13°, penetrando en Bolivia, en el Brasil, en el Estado Oriental del Uruguay, en todo el norte de la República Argentina, y entrelazándose con las vertientes del caudaloso Amazonas.
Su dilatada copa, tan ancha como elevada, abraza en todas su ramificaciones una superficie de ciento ochenta mil leguas cuadradas, que encierra los territorios más ricos y los mejores climas de la tierra.
Su tronco de sólo cincuenta leguas de elevación y de base desproporcionada, mide sesenta leguas de anchura en su unión con el mar, y diez en su primera bifurcación formada por sus dos mayores brazos, el río Uruguay y el río Paraná, los cuales tienen por ramas secundarias numerosos tributarios, tan caudalosos como los mayores ríos de Europa.
El Paraná, que es la continuación del tronco, forma con el Paraguay la segunda gran bifurcación, recibiéndole a la altura de trescientas leguas, frente a la ciudad de Corrientes.
El río Paraguay, a la manera del Misuri norteamericano, al unirse al Paraná, parece una prolongación de éste: por la identidad de dirección y su copioso caudal; con todo eso, su concurrente es el que ha participado del nombre del principal, porque como éste, se dilata por entre innumerables islas. Así también el Misuri, aunque mayor que su confluente el Misisipí, no ha recibido el nombre del que le debe la mayor parte de sus aguas.
El río Paraguay atraviesa, de norte a sud, los ricos territorios brasileros de Matto Groso y Cuyubá. Sus numerosos afluentes navegables que bajan del este, facilitan la comunicación con los distritos minerales de oro y diamantes del Brasil, y más