da, romperéis la cerradura si está cerrado; sacaréis, con todo su contenido, tal cual está, la cuarta gaveta contando desde arriba, ó lo que es igual, la tercera empezando á contar desde abajo. En medio de mi extremada desesperación, tengo un temor mortal de no indicaros bien las cosas; pero aunque me equivocase, conoceríais la gaveta que necesito, examinando lo que contiene: algunos polvos, un frasco y una carterita de apuntes. Os ruego que llevéis con vos esa gaveta á la plaza de Cavendish, tal cual la halléis.
"Esta es la primera parte del favor que os pido. Si partís así que recibáis esta carta, deberéis estar de regreso mucho antes de media noche; pero os dejo algunas horas de margen, no sólo por temor de uno de esos obstáculos que no se pueden prever ni impedir, sino también porque es preferible que haya llegado la hora del descanso de vuestros criados para concluir lo que os quedará que hacer.
"Luego, á media noche, os ruego que