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Página:El caso extraño del Doctor Jekyll (1891).djvu/52

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El DR. JEKYLL.

la exuberante alegría producida por el banquete. El Dr. Jekyll no era una excepción de esta regla; y sentado en el lado opuesto al fuego, él, hombre de unos cincuenta años, bien constituido, de rostro barbilampiño, con un aspecto quizá algo disimulado, pero de apariencia inteligente y bondadosa, daba á entender que experimentaba por Utterson una amistad tan viva como sincera.

—Deseaba hablaros, Jekyll—comenzó diciendo el Sr. Utterson—¿recordáis aquel testamento vuestro?

Un atento observador hubiera podido notar que el asunto no era agradable al doctor, pero lo acogió alegremente, al parecer.

—Mi pobre Utterson—le dijo—sois desgraciado tratándose de un cliente como yo. Jamás he visto á un hombre tan turbado como vos cuando mi testamento, excepción hecha del intratable pedante, el Doctor Lanyón, cada vez que habla de lo que llama mis herejías científicas. ¡Oh! bien sé