UNO QUE "HIZO LA AMERICA " ¿D ÓNDE Va? — le preguntó con voz dura un guardián.
Sfianco, cabizbajo, vió un palo que le quería obstruir el paso, luego la mano enguantada que lo empuñaba y por fin un hombre investido de autoridad frente a él. Comprendió que lo confundían con un atorrante o un mendigo y desde el fondo de su ser despertó súbito y magnífico su orgullo.
¡Eh, eh! dijo apartando el palo y mirando enérgicamente al guardián que vaciló un poco y lo dejó pasar.
Caminaba ahora erguido entre la gente de la rambla. Con su aire resuelto desaparecía su aspecto sospechoso. ¿Confundido él con un derrotado? pensó. Ciertamente, diferiría mucho de los paseantes.
Sus ropas viejas. .. Sin embargo, grupos de obreros veía que andaban un trecho por el paseo y descendían luego la escalinata de la barranca. Iban sucios de carbón, entrazados así nomás. ¡Ah! no era por el traje que lo confundió el guardián: era por
